Una sonrisa impecable y unos dientes blancos y sanos son dos estándares estéticos tan apreciados como codiciados. Por tanto, en la búsqueda incasable de conseguir una dentadura “brillante” solemos recurrir a algunos productos de blanqueamiento dental, que a pesar de ser considerados como “milagrosos”, no siempre crean ese efecto de blancura que deseamos.
He aquí donde cabe preguntarse, ¿realmente existen productos para blanquear los dientes eficaces? En la actualidad, hay diferentes tipos de productos de blanqueamiento dental que ejercen su efecto “blanqueador” de distintas formas. De hecho, se pueden dividir en dos grandes grupos: blanqueadores profesionales y blanqueadores caseros. El caso es que ambos comprenden una amplia gama de sustancias y remedios naturales.
El objetivo de este post es describir las principales características de estos dos tipos de productos blanqueadores de dientes y determinar qué tan eficaces son.
¿Cuáles son los mejores productos de blanqueamiento dental?
Muchas personas que se preocupan por proyectar unos dientes saludables, demandan ampliamente el uso de productos de blanqueamiento dental para eliminar las manchas y hacerlos lucir más blancos y llamativos. Pero, ¿cuáles son los mejores blanqueadores? En Uppermat queremos destacar una amplia gama de opciones que arrojan excelentes resultados:
Blanqueadores profesionales
Los blanqueadores profesionales son utilizados exclusivamente por el dentista. Se trata de agentes químicos altamente concentrados, potenciados por lámparas específicas que favorecen su acción en profundidad (por ejemplo, lámparas láser para blanquear los dientes). Entre los métodos más famosos en este sector podemos destacar:
El gel de peróxido de hidrógeno
El producto blanqueador dental por excelencia en entornos profesionales es un gel a base de peróxido de hidrógeno (35-38%). El elevado coste de este tipo de blanqueamiento dental, constituye una limitación importante para someterse al tratamiento. Sin embargo, el efecto blanqueador de estos productos utilizados en una sesión de blanqueamiento es sorprendente.
Bicarbonato de sodio
Otro de los productos de blanqueamiento dental que se utiliza en contextos profesionales es el bicarbonato de sodio. Esta técnica, conocida como pulido al aire, aprovecha la acción limpiadora de un spray de aire, agua y bicarbonato de sodio que, dirigido sobre la superficie de los dientes con una cierta presión, los pule y los blanquea mediante un tratamiento superficial que no es abrasivo.
El costo de ambos tratamientos profesionales es ciertamente más alto que el de los remedios naturales o los métodos caseros, pero el resultado es mucho más eficaz. De hecho, una sesión de blanqueamiento en el dentista dejan los dientes más brillantes y más blancos. Sin embargo, el efecto que ejercen estos productos es temporal. Normalmente, la duración del blanqueamiento profesional no supera los 2 años y para prologarlo es fundamental aplicar una correcta higiene dental y crear hábitos saludables.
Productos y remedios naturales
Los productos de blanqueamiento dental caseros tienen un coste claramente menor que las sustancias blanqueadoras profesionales, pero su eficacia es menor. A continuación precisamos los métodos tradicionales más utilizados en este entorno:
Pastas de dientes abrasivas
Realmente, la eficacia de estos productos es pobre, ya que la acción blanqueadora se limita a la eliminación de las manchas dentales superficiales. Además, su uso excesivo puede desgastar el esmalte dental y provocar la formación de dientes amarillos.
Es importante destacar que las pastas dentales abrasivas pueden aumentar el riesgo de hipersensibilidad dental, caries y pulpitis.
Lápiz blanqueador de dientes
Las sustancias blanqueadoras que se utilizan en el interior de estos lápices son el peróxido de carbamida o el peróxido de urea. Además, algunas plumas blanqueadoras están formuladas con liquen ártico, hidroxiapatita y cloruro de potasio (indicado para dientes sensibles).
El efecto blanqueador es visible después de un par de días y el tratamiento dura aproximadamente dos semanas. Sin mencionar que se trata de un método indoloro y, cuando se usa correctamente, los lápices blanqueadores no dañan el esmalte.
Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio también se usa en entornos caseros, incluso se suele añadir a las pastas dentales de producción industrial. El caso es que la actividad blanqueadora de este producto se ejerce eliminando las manchas de los dientes, y haciéndolos más brillantes mediante una acción abrasiva.
El bicarbonato de sodio, agregado a unas gotas de limón, se debe aplicar a los dientes como una pasta de diente. Pero el uso excesivo de este producto puede corroer el esmalte dental, favorecer el sangrado gingival, aumentar la sensibilidad de los dientes, así como la aparición de caries y pulpitis (por alteración del pH oral).
Remedios naturales
Hay muchos remedios naturales disponibles que sirven como productos de blanqueamiento dental. Además del bicarbonato de sodio, el más conocido es sin duda la salvia. Para aprovechar su efecto blanqueador, se recomienda frotar las hojas frescas directamente sobre los dientes. Al hacer esta acción, los dientes estarán más blancos y su aliento más fresco.
Otros remedios naturales utilizados como blanqueadores de dientes son el ácido málico, pulpa de fresa triturada aplicada a los dientes, incluyendo manzanas, apio, zanahorias, limón, etc.
Conclusiones
Como veréis, actualmente existe una variedad de productos de blanqueamiento dental disponibles que pueden satisfacer las diversas necesidades de la gente. Cualquiera que desee unos dientes más blancos, por tanto, puede decidir qué tratamiento o producto blanqueador se adapta mejor a vuestros requerimientos
Eso sí, para todos los casos no aplica cualquier blanqueador. Por ejemplo, los dientes típicamente amarillos de un fumador ávido, requieren productos más agresivos, porque la pátina ocre que rodea los dientes es difícil de quitar con métodos naturales.
Nuestra recomendación es que antes de proceder con cualquier tipo de tratamiento de blanqueamiento dental (incluso natural), solicites la opinión de tu dentista. Esto con el fin de comprobar la ausencia de contraindicaciones o descartar la presencia de alguna patología (caries, patologías de la cavidad bucal o hipersensibilidad dental).
